sábado, 16 de marzo de 2013

EL MOHAN Y LA VIRGEN DE LA CANDELARIA



Se trata de una legendaria leyenda según la cual bajo el altar mayor del templo de la Candelaria pasa un caudaloso caño que, según algunas personas, iba a convertirse, a la distancia, en el caño Maganguelito o caño Baracoa, que vino a desaparecer más tarde con los rellenos que hiciera la draga Chi-Chau, que variaron totalmente la topografía del barrio Córdoba, eliminando este caño y de paso su histórico y tradicional puente Recuero.
Pues bien: en la parte del caño que coincidía con el templo, aparecía encadenado el terrible MOHAN y, según el decir de algunos entrevistados, esta cadena iba a terminar en los mismísimos pies de la Santa Patrona.
En las épocas que marcaban la ciudad con inenarrables inundaciones, dicen algunas entrevistadas, que con motivo de tantos pecados de los habitantes, la Virgen levantaba un poco su santísimo pie de la asquerosa figura del Mohán y las aguas venían a precipitarse sobre la afligida población que sólo volvía a encontrar reposo, cuando, en su pesadumbre, se acordaba un poco de Dios.
Pero es tan cierto lo dicho, que doña Miryan Acevedo asegura que en el piso de la sacristía del templo existía una ventanita que al abrirla permitía ver el lento paso de las taruyas en las oscuras profundidades del agua. "Claro –afirma doña Miryan- que yo no conocí esta ventanita, pero sí fue del conocimiento de mi madre".
Don Peregrino Pérez, del barrio Olaya, afirma que el peligro para la ciudad no es tanto lo que pueda hacer el encadenado Mohán; el peligro, dice él, reside en que a la Santísima Señora se le pueda caer su cetro, con lo cual la ciudad desaparecería inmediatamente bajo las aguas.



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